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Mientras que en los países latinoamericanos los fieles le dan mayor importancia al Viernes Santo, en Estados Unidos el Domingo de Pascua es la celebración más grande
La Semana Santa, también denominada Semana Mayor, es la celebración más grande de la fe cristiana. Son ocho días en los que se recuerdan los últimos momentos de Cristo en la Tierra: desde que llega a Jerusalén y es proclamado el Hijo de Díos hasta que es procesado, crucificado, muerto, y finalmente resucita. Este año, las celebraciones serán del 10 al 17 de abril.
Los rituales litúrgicos comienzan con el Domingo de Ramos, día en el que se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén con cánticos y la bendición de las palmas. Le sigue en importancia el Jueves Santo, que es la fecha en que se recuerda la Última Cena y durante la que, en algunos países, los fieles llevan a cabo una visita a siete templos diferentes. El Sábado Santo es día de duelo y finalmente, el Domingo de Pascua, se celebra la resurrección.
La principal diferencia en la forma de conmemorar estos días santos es que en Latinoamérica se le da una mayor importancia a la Pasión y Muerte de Cristo, en tanto que en Estados Unidos el día que tiene más relieve es el del Domingo de Resurrección.
Debido a la fuerte influencia española, en casi todos los países de América Latina , el Viernes Santo se conmemora con especial fervor y devoción porque se recuerda la crucifixión de Cristo con grandes procesiones en las que se hace énfasis en el gran sacrificio que hizo Jesús para expiar las culpas de la humanidad y darle a los creyentes la posibilidad de una vida eterna.
A nivel mundial, uno de los rituales más conocidos es la representación del Vía Crucis que se hace en la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde cada año se congregan alrededor de tres millones de personas. Un hombre que representa a Jesucristo carga una pesada cruz a lo largo de tres kilómetros, desde la plaza central de Iztapalapa hasta la cima del Cerro de la Estrella, un antiguo centro ceremonial azteca, donde cada 52 años se encendía el fuego nuevo como renovación de la vida. En ese cerro, ahora se lleva a cabo la crucifixión como símbolo de la renovación de la fe de los creyentes, en un acto que mezcla la cultura occidental con la prehispánica.
En otros países de la región, como El Salvador, también se celebran procesiones, como la del Santo Entierro de Cristo, que se caracteriza por las alfombras que se colocan en el piso, elaboradas con serrín de madera, cenizas, yeso y arena teñidos. Entre las comidas típicas de estas fechas destacan el pescado seco envuelto en huevo, los dulces de frutas y miel de panela, así como las torrijas.
En Colombia, tienen gran tradición las procesiones de Semana Santa en Popayán, que se celebran desde hace más de 400 años. Desde el siglo XVI, en este lugar se tiene la costumbre de encalar todas las fachadas del centro histórico para el paso de las procesiones. En Popayán también se llevan a cabo las “procesiones chiquitas”, en las que participan pequeños de 5 a 11 años y se realizan una semana después de la Semana Santa.
En Guatemala, uno de los elementos más característicos de la Semana Santa son también las alfombras de serrín, flores y frutos que se tienden durante las procesiones, y son muestra del sincretismo religioso y cultural. En este país, cada cortejo va acompañado de una banda marcial que ejecuta las llamadas Marchas Fúnebres o Solemnes. La comida típica que se consume durante esta semana incluye el pescado a la vizcaína, las torrijas y los molletes.
Otro país donde se celebra con gran fervor la Semana Santa es en Perú. Sobresale, de manera especial, la ciudad de Ayacucho, conocida como la “ciudad de las iglesias”. Aquí, además de las manifestaciones católicas heredadas de los españoles, se unen tradiciones indígenas, como las solemnes procesiones del Cristo Yacente o del Santo Sepulcro que incluyen también mercados artesanales, corridas de toros y bandas musicales.
También es muy conocida la celebración en la ciudad de Tarma, donde se llevan a cabo concursos de elaboración de alfombras y arcos florales y en las noches los artesanos se solazan con un licor de caña mezclado con té y limón, al que le dan el nombre de “calientito”.
Por su parte, en Venezuela, destaca la tradición de la Quema de Judas, sobre todo en Caracas. El propósito original de este ritual es recordar la traición de Judas a Cristo. De manera simbólica, también se alude a la traición de un personaje diferente cada año que se escoge para mostrar el descontento de la población hacia esa persona. Para ello, se confecciona un muñeco de tela que se rellena con fuegos artificiales para luego quemarlo, después de haber sido ahorcado.
A diferencia de Latinoamérica, en Estados Unidos la Semana Santa no se celebra con procesiones multitudinarias. Durante esta semana tampoco hay días feriados oficiales. En su mayoría, la gente realiza sus actividades laborales o académicas con normalidad, excepto el Domingo de Pascua o de Resurrección, al que la comunidad cristiana de este país le da una gran importancia.
Durante el transcurso de la semana, en las comunidades católicas de las grandes urbes, especialmente en California y Nueva York se celebran misas y vigilias. Y en algunas ciudades como San Antonio, Chicago, Los Ángeles, Filadelfia, Santa Cruz y Oakland, se celebran pequeñas procesiones en las que los fieles cargan imágenes religiosas y cruces.
Pero la fecha que se celebra en grande es el Domingo de Pascua, cuando se conmemora la resurrección de Jesús con una misa en la que las personas se visten de manera formal. Los hombres van de traje de color claro. Las mujeres y niñas con vestidos de color pastel y motivos florales. Para darle más realce a su atuendo, muchas acostumbran llevar sombreros y, de ser, posible, estrenan ropa como símbolo de la resurrección de Jesucristo.
Este día, una de las costumbres más esperadas por las familias con niños es la tradicional búsqueda de los huevos de Pascua. Estos pueden ser de chocolate, de plástico o de los normales, y se pintan con colores llamativos. Los huevos se esconden en jardines o en parques y se motiva a los pequeños a que los encuentren.
Durante la Pascua, incluso la Casa Blanca acostumbra abrir las puertas de la residencia para que algunos visitantes puedan ingresar a uno de sus enormes jardines y disfrutar de juegos o participar de la tradicional búsqueda o carrera de huevos de Pascua.
Los huevos se utilizan porque son un antiguo símbolo de fertilidad y porque la Semana Santa coincide con la primavera, considerada la época en que se renueva la vida. Se estima que los estadounidenses gastan alrededor de 1.900 millones de dólares en dulces y chocolates de Pascua. Es la segunda temporada del año en que más se gasta en dulces, después de Halloween.
Después de asistir a misa y a la búsqueda de los huevos de Pascua, las familias acostumbran reunirse a comer y convivir para celebrar un nuevo ciclo.
Estos días coinciden también con las vacaciones estudiantiles de primavera. Este periodo, conocido como el “Spring Break”, es famoso porque muchos jóvenes acostumbran ir a otros países, como México, a disfrutar de las playas y de todos los atractivos turísticos que se ofrecen en los centros vacacionales.
La costumbre de aprovechar la Semana Santa como un periodo para descansar y vacacionar es cada vez más popular en todo el continente.